En esta época de lluvia, viento, frío y cambios de temperatura raro es el bebé que no tiene mocos.
A los papás os suelen recomendar que les hagáis lavados nasales para aliviar esos moquetes y ayudarles a respirar mejor y eliminarlos.
El problema suele surgir cuando uno se enfrenta por primera vez a esta situación:
bebé-mocos-aspirador nasal-suero fisiológico….
En ese momento aparecen mil y una dudas como: ¿en qué orden se utiliza cada uno?, ¿hace falta usarlo todo?, ¿cuántas veces se lo hago?, ¿antes o después de comer?, ¿lo pongo boca arriba o boca abajo?…..
Vamos por partes:
- Los lavados nasales se utilizan para ayudar a los niños a eliminar los mocos, ya que, ellos por sí mismos no saben hacerlo. Lo que quiere decir esto es que sólo hay que hacerlo si tiene mocos, nunca de manera pautada.
- La postura ideal para colocar al bebé será aquella en la que tenga menos riesgo de atragantarse y pueda respirar correctamente, las más recomendables serán de lado o boca arriba con la cabeza ladeada (nunca boca arriba y con el bebé mirando al techo).
- Siempre va a ser mejor hacer el lavado antes de la toma, así podrá respirar mejor, comerá mucho más a gusto y hay menos posibilidades de que vomite.
- Hay varias maneras de hacer un lavado y usar una u otra dependerá de la cantidad y tipo de mocos que tenga el peque:
Si tiene pocos mocos y se le ven en la nariz o están secos seguramente bastará con echar unas gotitas de suero en la nariz y aspirar con el aspirador nasal.
Si le escucháis mocos pero no salen con el aspirador o no se le ven, probablemente necesite un lavado con suero fisiológico,
Pondremos al bebé de lado y haremos el lavado en la fosa nasal que se queda arriba. Consiste en instilar suero a chorro en la nariz del bebé de tal forma que la presión le ayuda a expulsar los mocos que tiene más atrás.
La presión no debe ser excesiva, se puede hacer directamente con las monodosis, con cuidado de no rozar la mucosa con el plástico para no lesionar y lo más importante: el suero se debe instilar cuando el niñ@ esté espirando (cuando está llorando), nunca hay que instilar cuando esté cogiendo aire (cuando para de llorar para respirar) para evitar que se atragante con el suero.
Es recomendable incorporar al bebé, retirarle los moquetes que salgan, calmarlo, abrazarlo y consolarlo antes de hacer el lavado en la otra fosa nasal.